Son un conjunto de 3 cascadas llamadas, Firbia, Ulloa y Maseirúa.
La Firbia con unos 15 metros de altura es la primera que se encuentra.
Dejando el río a la izquierda, se sigue por el sendero en busca del resto.
Disfrutas de un fácil paseo entre árboles, donde te encuentras restos de molinos y vas viendo continuamente pequeños saltos de agua, mientras te acompaña el siempre relajante murmullo del río.
Al no estar bien señalizada, sólo llegué a ver otra.
Para acceder a ella tuve que abandonar el sendero y adentrarme un poco hacia la orilla del río, ya que está en un paraje algo más recóndito que la primera.
Como dije, faltó localizar una de ellas, una verdadera pena.
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