En el barrio de pescadores, famoso por sus coloridas casas,
es donde se ubica este restaurante.
Como prestó !!!!
El local es sencillo, decorado con motivos marineros y consta de mesas largas donde puede que tengas que compartirlas.
También comentar que el servicio muy amable.
La comida estuvo "regada" con txakoli, que por cierto estaba muy rico.
Paso a describir la pitanza, que evidentemente se centró en productos del mar.
Ventresca de atún.:Riquísima, estaba acompañada de cebolla caramelizada y unos pimientos del piquillo.
Realmente buena.
Mejillones al txakoli: Nunca había comido unos mejillones tan pequeños, pero estaban super sabrosos.
La salsa llevaba unos trocitos de jamón y estaba muy rica.
Sopa de pescado: Se pidió por recomendación y quizás me creé demasiadas expectativas.
No voy a decir que no estuviera buena ,porque mentiría. Con toda la materia prima que llevaba, era imposible que estuviera mala, pero esperaba más.
A mí el sabor no me acabó de convencer.
Cuestión de gustos.
Los platos fuertes fueron pescados al horno, de salsa, no se apreciaba más que aceite, perejil y ajo e iban acompañados de un plato de patatas asadas aderezadas con pimienta.
Primero te los presentaban según salían del horno y luego te los "racionaban" y servían allí mismo.
Lenguado al horno.
Una palabra lo define, EXQUISITO.
Rodaballo al horno.
Muy rico también, pero me quedo sin duda con el lenguado.
De postre flan con helado.
Todo casero.
Seguido de café, que lo acompañaron con un dulce de almendra
Para finalizar de "digestivo", chupito de patxarán
casero.
Tan casero que cayeron varias endrinas en el vaso.
Luego tocó ...
Resumiendo, buen servicio, buen producto y desde mi punto de vista la "dolorosa", no lo fue tanto.
Hay que ver como os poneis...
ResponderEliminar