Es lo que pasó en esta ocasión estando en esta sidrería, situada en la Avda. del Llano, en una zona de soportales, muy cerquina del centro comercial.
No es la primera vez que tomo unos culinos o pico algo aquí y siempre bastante bien.
El único pero, el ritmo de los culetes, dependiendo del camarero que esté atendiendo, puede ser bueno o llegar a que se te caliente la sidra entre uno y otro.
Uno en concreto casi tienes que suplicarle que te los eche.
Hablando de sidra, una cosa positiva a tener en cuenta, es que suele tener 3-4 palos distintos, con lo que tienes la posibilidad de conocer y probar distintas sidras y será difícil que no encuentres una que te guste.
Tiene comedor aparte de la zona de sidreria, con cristalera totalmente corredera (que da al exterior), muy útil en los días de calor, que ayuda a "refrescar" el ambiente,
y terraza cubierta afuera.
Además cuenta con parrilla y la posibilidad de hacer espichas.
Con respecto a la comida, sabrosa y precios, considero, bastante ajustadillos.
Centrándome en el manduque:
Criollo
Mejillones a la marinera
La salsa riquísima, casi me termino el pan mojándolo en ella.
Variado de tortinos
Cada uno con un acompañamiento diferente. Todos muy ricos.
1- Matachana. Muy rica.
2- Picadillo. Con un puntito picante que lo hacía muy sabroso.
3- Queso azul desmenuzado. Algún trocito de queso al ponerlo sobre el torto caliente se medio derritió. Una delicia.
4- Revuelto de gulas. Parecía llevar también como lascas muy finas de cebolla. Riquísimo.
Escalopines al Cabrales
También acompañados de patatas fritas.
La peor tapa.
La salsa de cabrales muy rica, pero el escalopin estaba muy seco, ni la carne ni el rebozado estaban muy allá.
Por otro lado yo soy partidaria de las salsas ponerlas en un cuenco aparte.
La cuenta:
En resumen, desde mi punto de vista, totalmente recomendable.
Que hambre da ver los platos.
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